viernes, 26 de noviembre de 2010

Viaje por Eslovenia, Croacia y Bosnia 2007.
































EL SECRETO MEJOR GUARDADO.
Viaje por la antigua Yugoslavia.
No es uno de los destinos clásicos de todoterreno. Los campos de minas aparecen nada más abandonar las zonas más turísticas por lo que no es muy recomendable circular por cualquier pista y menos aún fuera de ella. Pese a ello, una de las guias de viajes más famosa de Europa la describe como el secreto turístico mejor guardado del continente.
Y es verdad. Aunque hay zonas a las que todavía no es muy recomendable viajar e incluso están totalmente desaconsejadas (Kosovo, la frontera norte de Albania y partes de Serbia y Montenegro) otras comienzan a recibir cada año a miles de turistas, Eslovenia, Croacia y en menor medida Bosnia-Herzegovina van recuperando poco a poco el pulso turistico que tuvieron antes de la guerra. Uno de los seis extintos estados de la República Federal Socialista de Yugoslavia, Croacia, la que por sus playas e islas histoóicamente recibií maás visitantes Lonely Planet le augura destino de moda para los próximos años. Sobre todo cuando los grandes tour-operadores se decidan a promocionarlo y abandonen los recelos provocados por su historia mas reciente. Por eso mismo es ahora cuando mejor se puede disfrutar de ellos. Alemanes e italianos, por cercanía, son sus principales visitantes aunque cada vez maá se ven matriíulas de otros paises e incluso muy de tarde en tarde alguna española. Los precios en comparación con Italia y Francia son más economicos y la gente en general está deseando recibir ese turismo que le puede reportar beneficios con los que sobrevivir el resto del año.
Lo primero que encuentras al buscar información del país es que está totalmente desaconsejado circular por pistas y menos aún por zonas remotas o acercarte a casas abandonadas ya que la presencia de minas es todaví habitual. Pero es igualmente cierto que sus parques naturales, sus playas o sus reconstruidas ciudades tienen el suficiente atractivo para justificar el viaje con creces.
Después de unos días en la siempre bella Venecia, salimos de Italia por la frontera de Trieste con dirección a Eslovenia y más concretamente al Parque Nacional de Triglav, el más importante del país. Los tramites en la frontera son rapidísimos y sólo se limitan a mirarnos los pasaportes y recordanos que es obligatorio circular con la luz encendida de día y de noche indistitamente de la carretera por la que circulemos.
Triglav ("tres cabezas") es el monte de mayor altitud de Eslovenia (2.864m) y da nombre al parque. Su fama entre los montañeros europeos es cada vez mayor debido a la verticalidad de sus paredes y entre los nativos circula un dicho que dice que no se es un verdadero esloveno hasta que no se ha alcanzado, al menos una vez en la vida, la cima del Triglav.
A poco de entrar en el país llegamos a la ciudad de Kobarid la puerta de entrada a las montañas. Aquí se libró una de las batallas más sangrientas de la Primera Guerra Mundial. Corria el año 1917, durante la duodecima ofensiva austriaca cuando el ejercito italiano se tuvo que retirar hasta el cercano rio Piave, más de medio millón de hombres perdieron la vida. En la localidad, el Museo de Kobarid recoge la histórica confrontación.
Pasamos rapidamente de las autostradas italianas a una carretera de montaña que gana en altitud a la par que baja el termómetro. Estamos en Trenta donde se encuentra el centro de recepción del Parque Nacional. Nos rodea la parte oriental de los Alpes Julianos, moles de piedra que rodean todo el valle glacial del Soca. El pueblo está invadido por montañeros de todas partes dando un sabor especial a sus calles.
Seguimos por la serpenteante carretera y cruzamos el paso de Vrsic de 1610m. el mayor de Eslovenia. El tiempo no nos acompaña y desde que hemos entrado en Eslovenia no ha parado de llover. Aunque estamos a principios de Agosto la temperatura ronda los 7ºC y nos vemos en la necesidad de comprar algo de ropa de abrigo y un calzado un poco más apropiado. Debíamos ser los únicos en todo el país que ibamos con chanclas. Dormimos en Bovec un pueblecito encajonado entre las montañas Vrh y Prestreljeniklas. Sus calles o mejor dicho su calle principal, parece el campamento base del Everest con montañeros y sus equipos por todos lados.
Desde el paso de Vrsic enlazamos con la carretera que va a la capital, Ljubljana mientras seguimos el curso del rio Sava. Las poblaciones por las que pasamos tienen todo el encanto de los pueblos alpinos. Ni rastro de la guerra aunque es cierto que Eslovenia fue el estado que menos le afectó. La gente es encantadora y absolutamente todo el mundo habla inglés. Se ven tambien muchos coches y furgonetas cargados con kayaks y piraguas de descenso ya que la zona es muy propicia para practicar estos deportes.

Hacemos noche en Bled. Una de las postales típicas del país es su lago con una isla en el centro que acoge un antiguo monasterio barroco y un castillo medieval encaramado a unos riscos que sobresale entre los castaños y sauces. El lago se forma como consecuencia del glacial Bohinj, en invierno permanece congelado pero en verano multitud de barcas cruzan sus aguas. Un paseo rodea casi todo su perimetro hasta llegar al centro de la población donde se encuentra el casino y algunos restaurantes de lujo.
Al día siguiente pasamos por Ljubljana, las fabricas y las zonas industriales hacen su aparición rompiendo los paisajes de cuento que hasta ahora llevábamos. Para no variar, llueve a raudales por lo que ponemos rumbo sur en busca del sol que echamos de menos.
Los trámites para pasar a Croacia son raáidos pero debemos estar en hora punta por lo que echamos casi una hora en cruzar la frontera. Numerosos coches alemanes con sus barcos a cuestas hacen cola atraídos por el magnetismo de sus islas. Con 1185 islas, Croacia es un imán para los amantes de los deportes nauticos y sus fodos marinos están considerados de los mejores del mundo.
Tenemos ganas de comprobrarlo pero antes pasamos por Zagreb y nos dirigimos al principal Parque Natural del país, el Plitvicka Jezera. Abandonamos la autopista de peaje y nada más salir contemplamos los primeros signos de la guerra. A un lado y a otro de la carretera carteles anunciando que estamos en un campo de minas, mientras que estemos sobre el asfalto no hay nada que temer pero impresiona incluso detener el coche en el arcen para hacer una foto. Las primeras casas con signos de haber sido atacadas aparecen y en los pueblos por los que pasamos, rara es la vivienda y la iglesia que no está ametrallada. Muchas de ellas se están restaurando pero otras permanacen deshabitadas bien porque sus dueños perecieron o porque la casa tiene alguna mina en su interior.
Estamos justo donde estalló la guerra civil en la antigua Yugoslavia un 31 de marzo de 1991. Los rebeldes serbios de Krajina tomaron la oficina central del parque. El oficial de policía croata que estaba de guardía murió asesinado, Josip Jovic se convirtió en la primera víctima de la sangrienta guerra. Los rebeldes serbios se hicieron con el control del parque saqueandolo e instalaron en los hoteles sus cuarteles. Cuando el ejército croata volvió a tener el control del parque en agosto de 1995 comprobó que la rica fauna y flora no había sufrido daño pero las instalaciones estaban destruídas por completo. Desde entonces el gobierno croata centró todos sus esfuerzos en restaurarlos y poder ofrecer lo que el vistante puede admirar hoy en día.
Se está haciendo de noche y llueve a mares por lo que decidimos cambiar nuestra tienda de techo por una confortable cama. Los dos hoteles del parque están completos y probamos suerte en unos de los apartamentos para turistas que se anuncian. Todos están completos y gracias a las gestiones del dueño de uno de ellos nos viene a buscar un señor mayor que dice tener un piso para que pasemos la noche. Nicola nos comenta que no lo tiene declarado por lo que no nos puede dar factura ni nada por el estilo. Después de andar por el interior del parque llegamos a una zona de viviendas de la época de Tito. Justo al lado un Hospital abandonado deja ver su interior por los apedreados cristales y para colmo, pese a que el piso estaba bien, estaba a pie de calle, carecía de cortinas ni persianas y para hacerlo mas acogedor no tenía ni rejas en las ventanas, por lo que sentías en todo momento que te estaban vigilando desde la cercana arboleda.
De acuerdo que el subsconciente te puede jugar malas pasadas, pero entre los campos de minas, las casas bombardeadas, la lluvia que para colmo venia acompañada de tormenta, y el acogedor pisito que nos habian buscado, no fue, precisamente, de las mejores noches del viaje. Pese a ello repetimos y nos quedamos tambien al día siguiente.
El parque fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1979 y en sus 19,5 Ha. se esconden 16 lagos de aguas turquesas e innumerables cascadas formadas por barreras de dolomitas que aumentan por la acción del musgo y las algas al detener el carbonato cálcico. Con el precio de la entrada puedes montar en los pequeños barcos que cruzan los lagos y montarte en el "trenecito", un descomunal Unimog que tira de tres enormes vagones. El Parque acoge a númerosas especies animales siendo los osos y lobos los que acaparan la mayor atención aunque tambien lo habitan ciervos, zorros, jabalíes, zorros, conejos y tejones. Con un poco de suerte, nosotros no la tuvimos, podemos ver cigueñas negras e incluso algún quebrantahuesos.
Desde aquí el Toyota enfiló una vez más la autopista camino de la recontruida Split. La ciudad fue puerto de entrada de fuerzas de las ONU durante el conflicto de los balcanes. Hoy en día es destino de númerosos ferrys que van y vienen a Italia. Tambien existe un ferry que va hasta Dubrovnik para evitar la engorrosa carretera costera.
En Split visitamos el palacio Diocleciano, tambien Patrimonio Mundial de la Unesco. Por fin no llueve y un Adriatico especialmente azul acrecenta la que dicen que es una de las ciudades más fascinantes de Europa. Paseamos por la pequeña ciudad amurallada que estaba atestada de turistas. La temperatura va subiendo poco a poco hasta alcanzar unos agradables 27 ºC, por lo que sin pensarlo dos veces abandonamos la ciudad con la intención de comprobar si esos fondos marinos son tan espectaculares como dicen.
Camino de Dubrovnik encontramos un camping como no quedan en nuestro pais. A pie de playa en un pequeño acantilado con unas vistas increibles pasamos unos cuantos días metidos en remojo.
Para llegar a Dubrovnik debemos cruzar la frontera con Bosnia-Herzegovina y unos doce kilómetros más tarde volver a cruzarla y entrar en Croacia. Lo que sobre el papel nos parecía un engorro fue un mero trámite en el que enseñando los pasaportes nos dejaban proseguir sin apenas detener el coche.
Cuando en 1991 las televisiones mostraban las imagenes de la ciudad bombardeada, el mundo se consternó. Se calcula que entre 1991 y 1992, fecha en la que los bombardeos cesaron, habían caido sobre Dubrovnik unas 2000 bombas. Dos de cada tres edificios estaban afectados. Sus marmoleas calles recibieron 314 impactos directos y las murallas que había resistido durante siglos fueron atacadas por 111 bombas. Nueve palacios históricos fueron consumidos por el fuego. Los daños se estimaron en 10 millones de dolares americanos. Y en ese momento se pensó que nunca más recuperaría el esplendor que tuvo. La perla del Adriatico era una escombrera.
Hoy en día gracias al esfuerzo de voluntarios internacionales, Dubrovnik ha recuperado casi toda su grandeza original. Otra vez se puede pasear por el interior de sus calles admirando sus pequeños comercios o detenerse a tomar una cerveza en una de sus terrazas. Se puede subir a sus murallas y admirar sus rojizos tejados que la han hecho mundialmente famosa.
Desde aquí comenzamos la vuelta. Dada la cercania de Mostar y Sarajevo intentamos hacer una visita al destacamento español de la ONU pero en la frontera Bosnia un aduanero se empeñó en sacarnos los cuartos por un seguro que ya teníamos por lo que nos negamos y tuvimos que darnos la vuelta.
Siempre es bueno tener una excusa para volver a un lugar que te haya gustado y nosotros ya la teníamos.
Monedas:
Republica de Croacia: Kuna 1,00 e. = 7,39 kunas.
Eslovenia: Tolar esloveno 1,00 e. = 239,64 SIT. El 1 de enero de 2007 Eslovenia adoptará el euro, aunque en la actualidad se puede utilizar para todo.
Bosnia y Herzegovina: Marco Convertible 1,00 e. = 1,955 KM
Documentación necesaria:
Para Croacia y Eslovenia hace falta tener el pasaporte en vigor con al menos 6 meses de validez aunque en la practica basa con enseñarlo.
Para Bosnia y Herzegovina en teoria gracias a un acuerdo con el gobierno español solo hace falta el DNI, en la practica es mejor llevar el pasaporte.
Dentro de Croacia es obligatorio personarse en la comisaria de policia para comunicar donde nos alojamos, sobre todo si es una casa privada, "sobe o apartment". Nosotros no lo hicimos igual que el 90% de los turistas que entran en el país por sus medios.
Para el automovil será suficiente con la documentación española, aunque en Bosnia no querian dejarnos entrar por que la carta verde era del año anterior y el policia de aduana decia que el justificante bancario de pago no servia.
Seguridad:
Sin problema alguno en los tres paises. Logicamente aunque tener las tipicas precauciones de cuando viajamos y sobre todo respetar los carteles de campos minados en las zonas donde los encontremos. Por lo demas la gente esta deseando recibir viajeros.

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